Somos una Organización para la enseñanza católica, particular y sin fines de lucro, regentada por la Compañía de Jesús (Jesuitas).
Trabajamos fundamentados en la Espiritualidad de San Ignacio de Loyola y en la trayectoria espiritual de la Compañía de Jesús, pretendiendo alcanzar el Magis Ignaciano.
Somos hombres y mujeres que nos valoramos y respetamos, que pretendemos formar una comunidad educativa formadora de saberes, afectos y valores.
Con excelencia integral formamos hombres y mujeres al servicio de la fe y la promoción de la justicia.
Llegar a ser parte esencial del ser y quehacer de nuestros alumnos en el marco de la realidad panameña, ofreciendo espacios y actividades que faciliten una formación con excelencia integral, desde la propuesta educativa de la Compañía de Jesús.
Queremos en todo amar y servir, despertando y motivando a través de la educación auténticas vocaciones humanas y cristianas, sumando esfuerzos con otros hombres y mujeres de buena voluntad.
Reconocemos en la historia de nuestra sociedad y de nuestro país el valor de las raíces culturales como aportes a una identidad abierta a lo universal y a la búsqueda de un hogar que mantenga nuestra identidad en un mundo globalizado y en la nueva cultura científica-tecnológica.
Nuestras relaciones interpersonales se fundamentan en la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad y la participación y se plasman en el trabajo cotidiano.
Con motivo de la primera expedición jesuita al Perú, en 1568, en su paso por la ciudad, los vecinos solicitaron al P. Jerónimo Ruiz del Portillo el establecimiento de un centro educativo regido por la Compañía de Jesús.
En 1577 se establecerían en la ciudad, el
P. Miguel Fuentes con un Hermano venidos como capellanes del Ejército enviado desde Perú, para combatir a los piratas que se habían asentado en las montañas del Bayano a los años.
Más tarde, en abril de 1594, la Compañía se establece definitivamente en Panamá, abriendo las puertas de un humilde colegio gracias a la donación de una benefactora. El colegio es muy bien aceptado ya que sus alumnos progresaban no sólo en los ejercicios literarios, sino que también en la práctica de la piedad.
El Colegio adquiere rango universitario cuando Monseñor Francisco Luna, deseando establecer una Universidad en el Istmo, colabora para inaugurar dos Cátedras (de Filosofía y Teología), y logra una donación para la construcción de un edificio nuevo.
En 1671, debido a las invasiones y destrucciones en la ciudad del pirata Henry Morgan, los Padres Jesuitas quedan desamparados.
En 1673, con la reconstrucción de la ciudad y gracias a donaciones, fueron recuperando y construyendo nuevos edificios.
El 3 de junio de 1749, por Real Decreto, se concedió licencia a fin de fundar tres cátedras (de Filosofía, Teología Moral y Escolástica) en el Colegio de la Compañía de Jesús en Panamá. Así queda fundada la Real y Pontificia Universidad de San Javier.
El 27 de febrero de 1767 , por decreto del Rey Carlos III, los Jesuitas quedan expulsados de dominios españoles, muchos fueron conducidos a prisión y desposeídos del edificio y de sus haberes. En el exilio de los Estados Pontificios murieron la mayoría de ellos.
Un siglo después, quedó instalada definitivamente la residencia de los Padres Jesuitas en la actual iglesia de San Francisco.
En diciembre de 1925, un grupo de prestigiosos ciudadanos católicos dirigen una carta circular a distinguidos señores en el Istmo sobre la necesidad de abrir un Colegio Jesuita.
En 1948 llega un grupo de 7 Jesuitas a organizar la apertura del nuevo Colegio Javier, localizado detrás de la iglesia de San Francisco en el Casco Viejo de la ciudad.
El 24 de mayo de 1948, se abren por primera vez, a los alumnos, las puertas del colegio. Detrás de la fundación y apertura del nuevo colegio, hubo 201 fundadores, cubriendo desde 1er grado hasta 1er año de Ciencias y Letras.
Desde 1954 a 1956 se termina de construir el edificio para el nuevo sitio del Colegio, localizado en Perrys Hill en Bella Vista.
En 1970 se abre el capítulo más importante del Colegio Javier con la creación del Servicio Social Javeriano. Surge como recomendación de una reunión de Superiores de la Compañía de Jesús, efectuada en Río de Janeiro en 1969. Tiene como objetivo último: «Contribuir al Crecimiento del Reino de Dios en Panamá, mediante una educación evangelizadora».
En 1975, comienza la integración femenina, dejando de ser un Colegio exclusivo para hombres. La promoción de 1986 será la primera clase graduada mixta.
Después de 55 años en la sede de Perejil, el 27 de mayo del 2010 tuvimos la inauguración de los nuevos edificios en Clayton. Bendijo e inauguró el colegio el P. General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, con la presencia del
P. Provincial, Jesús Manuel Sariego, el Vice-presidente del país, Juan Carlos Varela, el Nuncio Apostólico, Monseñor Carrascosa Coso y el Arzobispo Monseñor José Domingo Ulloa.
Son 4 siglos que han estado trabajando los Padres y hermanos Jesuitas «Para la mayor gloria de Dios» en nuestro querido Panamá. Gracias a ellos se han formado hombres íntegros que contribuyen al progreso de la nación. Mil gracias por su trabajo, por el cual todos decimos orgullosamente «Soy Javeriano».
Federación Latinoamericana de Colegios de
la Compañía de Jesús – FLACSI, es un
organismo de carácter internacional sin
fines de lucro, dependiente de la
Conferencia de Provinciales de la Compañía
de Jesús de América Latina (CPAL).
Asociación Centroamericana de Colegios de la Compañía de Jesús, que coordina esfuerzos en vistas a desarrollar una visión ignaciana de la educación, fomentando la mayor integración de sus miembros a través de líneas de trabajo comunes y el intercambio de experiencias, conocimientos, innovaciones y recursos.
La Compañía de Jesús es una Orden Religiosa de la Iglesia Católica. Sus miembros son popularmente conocidos como jesuitas. Fundada por Ignacio de Loyola, en 1540, está hoy extendida por 127 países en los que 19.564 compañeros trabajan por la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso.
Federación fundada en 1952, propuesta por Sr. Arzobispo Mons. Francisco Beckam, c.m.
La Escuela Católica no está separada de las demás instituciones educativas, ha de relacionarse con el mundo de la política, economía, cultura y sociedad en su complejidad.
Desarrolla un servicio de utilidad pública y, aunque esté configurada bajo las perspectivas de la fe Católica, está abierta a todos los que muestran apreciar y compartir una oferta educativa cualificada.